Con el PAPA a por el COVID-19

Bajo tu amparo nos acogemos

Como eslabón de una campaña global de oración que ha lanzado el Papa Francisco para pedir por el fin de la pandemia del coronavirus o covid-19, extendida la enfermedad por todo el planeta Tierra, convoca dos eventos. No se reza por hacer la competencia desleal a l@s médic@s. 

Este miércoles 25 de marzo de 2020, a todos los Jefes de las Iglesias y a los líderes de todas las comunidades cristianas, junto con todos los cristianos de las distintas confesiones, invita a rezar al mediodía el Padre nuestro.

Además ha ofrecido el texto para una petición en la Oración universal o de los fieles para rezar el Viernes santo y cualquier otro día del año en que pueda hacerse:

     Per tots els que pateixen l’actual pandèmia: per la salut dels malalts, la fortalesa de el personal sanitari, el consol de les families i la salvació de totes els que han mort. Preguem al Senyor.

     Oració conclusiva:  Déu totpoderós i etern, mira compasiu l’aflicció dels teus fills que pateixen aquesta pandemia i feu que tots trobin consol en la teva misericòrdia. Por Crist Senyor nostre. Amen.

  

El Papa también reza a María el “bajo tu amparo”, la oración mariana vocal tenida por la más antigua, y que puede rezarse a diario, estos días en casa; cualquier sitio es bueno. Edgar Lobel, experto en Papirología de la Universidad de Oxford, la encontró en un papiro descubierto en las proximidades de la antigua ciudad egipcia de Oxirrinco. En ella se reza a la “santa Madre de Dios” (sancta Dei genitrix), advocación que no hizo suya la Iglesia hasta dos siglos después, en el Concilio de Éfeso (año 431) pues según Lobel la rezaban los cristianos por lo menos en el 250 dC.

"Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita".

La oración forma parte de un “tropario” o himno bizantino presente en muchos ritos de la diversidad cristiana (copto, ambrosiano, romano, sirio, armenio, eslavo, etc.) y por esa universalidad o catolicidad, y sabiendo que se reza lo que se cree y se cree lo que se reza, los teólogos de entonces empezaron a considerar racionalmente el contenido de la verdad de fe que llama a María “Theotokos”, Madre de Dios.

Pero un teólogo “despistado” y reduccionista, llamado Nestorio, patriarca de Constantinopla, predicó que María solamente es madre del hombre judío Jesús de Nazaret por lo que en el 431 la Iglesia se convocó el Concilio de Éfeso que condenó su doctrina herética. Eran tiempos del Celestino I (†432), Papa (pariente del emperador Valentiniano) que condenó a Nestorio y desterró a Pelagio. 
Proclo (†446), que era obispo en el Helesponto, sucedió a Nestorio que fallecía en Jariyá (Egipto) en el 451 con 65 años.

Éfeso es la población turca donde María pasó sus últimos años de vida junto con el apóstol Juan y allí acudieron 200 obispos que iluminados por el Espíritu Santo declararon: "La Virgen María sí es Madre de Dios porque su Hijo, Cristo, es Dios". Y acompañados por todo el gentío portando antorchas encendidas hicieron una gran procesión cantando: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén". El pueblo estaba a la expectativa y dispuesto a linchar a los obispos si proclamaban lo contrario.

La oración tiene una importancia especial para los maristas que suelen rezarla en sus escuelas. Los salesianos la rezan en honor a María Auxiliadora.