Modelo C
con
textos de la Exhortación apostólica “La alegría del Evangelio”
del
papa Francisco, 24 noviembre 2013
1º domingo = La generación de Jesús
Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría (EG, 1).
La evangelización está esencialmente conectada con la
proclamación del Evangelio a quienes
no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado. Muchos de ellos buscan
a Dios secretamente (…) Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los
cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien
impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría (EG, 14).
2º domingo = Las dudas de san José
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Imagen de san José que tiene el papa Francisco en su mesilla y al que le encomienda los asuntos más o menos difíciles |
Un anuncio renovado ofrece a los creyentes, también a los
tibios o no practicantes, una nueva alegría en la fe (…) Él siempre puede, con
su novedad, renovar nuestra vida y aunque atraviese épocas oscuras y
debilidades eclesiales, la propuesta cristiana nunca envejece. Jesucristo
también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos
encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina (EG, 11).
3º domingo = Nacimiento de Jesús

Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en
que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o,
al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada
día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no
es para él (EG, 3).
María es la que sabe transformar una cueva de animales en la
casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura (EG, 286).
4º domingo = La presentación del Niño en el templo

En su constante discernimiento, la Iglesia también puede
llegar a reconocer costumbres propias no directamente ligadas al núcleo del
Evangelio, algunas muy arraigadas a lo largo de la historia, que hoy ya no son
interpretadas de la misma manera y cuyo mensaje no suele ser percibido
adecuadamente. Pueden ser bellas, pero ahora no prestan el mismo servicio en
orden a la transmisión del Evangelio. No tengamos miedo de revisarlas. Del
mismo modo, hay normas o preceptos eclesiales que pueden haber sido muy
eficaces en otras épocas pero que ya no tienen la misma fuerza educativa como
cauces de vida. Santo Tomás de Aquino destacaba que los preceptos dados por
Cristo y los Apóstoles al Pueblo de Dios «son poquísimos». Citando a san
Agustín, advertía que los preceptos añadidos por la Iglesia posteriormente
deben exigirse con moderación «para no hacer pesada la vida a los fieles» y
convertir nuestra religión en una esclavitud, cuando «la misericordia de Dios
quiso que fuera libre» (EG, 43).
5º domingo = La visita de los magos

La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas
abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas (…) mirar
a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se
quedó al costado del camino (EG, 46).
Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe
llegar a todos, sin excepciones (…) no tanto a los amigos y vecinos ricos sino
sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser despreciados y
olvidados, a aquellos que «no tienen con qué recompensarte» (Lc14,14)
(EG, 48).
6º domingo = La huida a Egipto

Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y
los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora (…) todos somos
invitados a salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias
que necesitan la luz del Evangelio (EG, 20).
Es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a
todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y
sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a
nadie (EG, 23).
La adoración del antiguo becerro de oro (cf. Ex
32,1-35) ha encontrado una versión nueva y despiadada en el fetichismo
del dinero y en la dictadura de la economía sin un rostro y sin un objetivo
verdaderamente humano. La crisis mundial, que afecta a las finanzas y a la
economía, pone de manifiesto (…) sobre todo, la grave carencia de su
orientación antropológica que reduce al ser humano a una sola de sus
necesidades: el consumo (EG, 55).
y 7º= El establecimiento en Nazaret

María sabe reconocer las huellas del Espíritu de Dios en los
grandes acontecimientos y también en aquellos que parecen imperceptibles. Es
contemplativa del misterio de Dios en el mundo, en la historia y en la vida
cotidiana de cada uno y de todos. Es la mujer orante y trabajadora en Nazaret
(EG, 288).
No faltan las etapas de aridez, ocultamiento, y hasta cierta
fatiga, como la que vivió María en los años de Nazaret, mientras Jesús crecía
(EG, 287).
Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo,
para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda
estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización
del mundo actual más que para la autopreservación (EG, 27).
En el seno de la Iglesia hay innumerables cuestiones acerca
de las cuales se investiga y se reflexiona con amplia libertad. Las distintas
líneas de pensamiento filosófico, teológico y pastoral, si se dejan armonizar
por el Espíritu en el respeto y el amor, también pueden hacer crecer a la
Iglesia, ya que ayudan a explicitar mejor el riquísimo tesoro de la Palabra. A
quienes sueñan con una doctrina monolítica defendida por todos sin matices,
esto puede parecerles una imperfecta dispersión (EG, 40).
Consideración final

Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo
revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la
ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan
maltratar a otros para sentirse importantes (EG, 288).
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