Señor
Dios mira a estos jóvenes.
Tú
conoces a cada uno de ellos.
Tú
sabes qué cosa piensan.
Tú
sabes que quieren ir adelante,
hacer
un mundo mejor.
Señor,
hazlos buscadores del bien y de la felicidad,
hazlos
esforzados en el camino,
en el
encuentro con los otros,
audaces
en el servir,
hazlos
humildes para buscar las raíces,
para
seguir adelante y dar frutos,
para
tener identidad y pertenencia.
El
Señor Dios acompañe a estos jóvenes en el camino y los bendiga
Amén.
Francisco
ante miles de jóvenes presentes en Palermo y en medio de un gran ambiente de
fiesta, respondió a tres preguntas que los jóvenes le hicieron y resaltó que deben decir siempre “no” a la resignación, siendo
creadores de esperanza y de futuro, recordando además que “¡Todo puede
cambiar!”
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