La devoción de los 7 domingos a él dedicados
En una Catequesis (Audiencia
General, 19-III-2014) comentaba que José y María
se preocuparon de que a Jesús no le faltase lo necesario para un sano
desarrollo físico y psicológico, enseñándole también un trabajo. Se preocuparon de su crecimiento en sabiduría, el
santo temor de Dios.
A ti acudimos, bienaventurado
José (…) protege la escogida descendencia de Jesucristo que es la Iglesia (…)
como libraste a Jesús del peligro de su vida humana, rezaba León XIII.
A lo largo de la historia y
también en la reciente, ha cundido la devoción al santo Patriarca, patrono
principal de la Iglesia, dedicándole nuevas fundaciones o eligiendo su nombre
algunos religiosos que se lo cambian, desechando el de pila ya que se apartan
del mundo.
Templos, conventos o colegios a él dedicados
Fue
en 1129 cuando llegó la devoción a Occidente y en Bolonia, se construyó el
primer templo a él dedicado con ese insólito nombre desconocido en Occidente.
En
China, en 2006 se edificó un templo a él dedicado.
Andrè Bessette (+1937 con 91 años),
religioso canadiense de la Congregación de la Santa Cruz; canonizado en 2010,
fallecía en Montreal (Canadá). Su tumba está en el santuario de san José de
Montreal, en el Monte Royal y acuden hoy día más de 2 mil.
María del Sagrario de san Luis Gonzaga (+1936 con 55
años), una de las primeras mujeres licenciadas universitarias. Cursó Farmacia
pero luego con 34 años ingresó como carmelita en el convento madrileño de santa
Ana y san José. Beatificada por Juan Pablo II en 1998.
Manuel Domingo y Sol (+1909 con 73 años), beato,
sacerdote tortosino, fundador
de la Hermandad Sacerdotal de los Operarios Diocesanos y más de diez
colegios de san José para fomentar vocaciones sacerdotales.
Rebeca
(Rafqa) de Himlaya (+1914 con 82 años), Petra, canonizada en 2001, fue
religiosa de Ntra Sra de la Liberación en Bikfaya hasta que se suprimió la
Congregación en 1871 y se hizo baladita en san Simón Al Qarn, antes estuvo en
el convento de san José de Ad-Dahr.
Fundaciones dedicadas a san José
Leonardo
Murialdo (+1900 con 72 años), sacerdote turinés que fundó la Congregación de
San José para la formación de la juventud pobre y abandonada e impulsar el
movimiento de los trabajadores que pedían las 8 horas laborales.
Segismundo Gorazdowski (+1920 con 75 años),
sacerdote polaco, fundador de las Hermanas de San José, fue canonizado
en 2005.
Isabel
Ana Bayle Seton (+1821 con 40 años), la primera mujer canonizada de los Estados
Unidos, fundaba en Baltimore (Maryland) la Sociedad de las Hermanas de la
Caridad de san José y llenó USA de colegios y hospitales.
José
Marello (+1895 con 51 años), obispo de Acqui y fundador de la Congregación de
Oblatos de san José, que fue canonizado en 2001.
Bonifacia
Rodríguez de Castro (+1905 con 68 años), es la fundadora de las Siervas de San
José, para la promoción social y cristiana de las mujeres obreras, canonizada
en 2011.
Emilia de Vialar (+1864 con 67 años) fundó la Congregación misionera de las
Hermanas de San José de la Aparición, testimoniando que Dios ha amado tanto al
mundo que le ha entregado a su propio Hijo. Canonizada en 1951.
Mary
MacKillop (+1909 con 67 años), fundadora de las Hermanas de San José, llamadas
“josefinas”, canonizada en 2010, es la primera santa australiana.
Toman su nombre en religión
Gil
o Egidio María de san José (+1812 con 83 años) fue un franciscano que
en el mundo se llamaba Francisco Pontillo.
María
Ángeles de san José que es una de las 3
Carmelitas Descalzas, mártires españolas en 1936, hermanas del Carmelo
de San José de Guadalajara.
Ángela de san José una de las 16 mártires españolas en el Picadero de
Paterna (Valencia) en 1936. Quince
religiosas de la Doctrina Cristiana y una clarisa
capuchina.
Rafael
de San José (+1907 con 72 años) de los carmelitas descalzos de Graz (Austria).
Canonizado en 1991.
Devot@s de san José
Aunque algunos Padres de la Iglesia
como san Agustín, san Jerónimo y san Juan Crisóstomo, entre otros, ya nos
hablan de san José, su culto pasaba oculto (como su vida) hasta que lo
empezaron a promover san Vicente Ferrer, santa Brígida y san Bernardino.
Pedro de san José Bethencourt (+1968 con 81 años) es un lego franciscano, canonizado en 2002, fundador de los y las
belemitas. Canario de Tenerife que se fue a evangelizar Guatemala donde
murió, trataba al Niño Jesús, a la Virgen María y a san José.
Kart
Barth dijo que del mismo modo que soy hostil al desarrollo de la Mariología, me
muestro favorable al de la Josefología porque a mi entender José realizó con
Cristo la misma tarea que debería ejercer la Iglesia, pues es incapaz de
alumbrar al Redentor pero puede y debe servirle con humildad y modestia.
Teresa
de Jesús (+1582 con 67 años) reformadora del Carmelo. Se cuenta que enseguida
de ingresar monja, tuvo que volver a casa de su padre por una enfermedad
incurable para los médicos de entonces y que la dejaba paralítica del todo. A
los tres años de enferma, se encomendó a san José pidiéndole la curación que le
concedió enseguida. A partir de entonces dice que nunca le pidió nada en su
fiesta del 19 de marzo que no se lo otorgara.
Gertrudis (+1302
con 46 años), llamada “la magna” como san Alberto, cisterciense de Turinga, fue una de las grandes místicas medievales
y pionera de la devoción a san José.
Roberto
(+1135) que abandonó Molesmes y fundó Citaux, decía que “No hay duda que entre
todos los que fue hecha la Promesa de la Encarnación, el 1º fue Abraham y el
último fue José a quien se le dijo: «José,
hijo de David, no temas recibir a María tu esposa…» Tenemos pues a estos
tres hombres, a estos tres excelsos hombres”.
Sixto IV (+1484) introdujo la fiesta en
el calendario romano y Gregorio XV (+1621) decretó fiesta universal
obligatoria. Teresa de Jesús le da un fuerte impulso y los papas del siglo
XIX-XX todavía más. Pío IX en 1870 lo declaró Patrono de la Iglesia universal a
petición de 153 obispos y 43 Superiores Generales de Órdenes religiosas. Pío
XII instituyó la fiesta del 1 de mayo, san José obrero. Juan XXIII lo incluyó
en la plegaria eucarística I y Juan Pablo II escribió la Ex ap El custodio del Redentor en 1989.
Ahora san José custodia el
Cuerpo Místico, la Iglesia que parece desterrada en Egipto o tranquila en
Nazaret.
Cuando el rey de Francia
saqueó a los galos, el Arzobispo de Sens, Bernardo, escribió al Papa y le urgió
a intervenir: “Que José, ese hombre justo, piense en lo que debe hacer a la
hora actual con el Niño y su Madre pues en este momento en la provincia de Sens
se busca a Cristo para hacerle perecer”.
Oh Dios, por la intercesión
de san José (…) te encomendamos todas las preocupaciones y peligros que
amenazan a la familia humana y los demás motivos por los que su protección
adquieren una renovada actualidad para la Iglesia, en relación con el nuevo
tercer milenio cristiano, rezaba el papa Wojtyla.
Dios todopoderoso, que
confiaste los primeros misterios de la salvación de los hombres a la fiel
custodia de san José; haz que, por su intercesión, la Iglesia los conserve
fielmente y los lleve a plenitud en su misión salvadora (Oración en la Liturgia
de las Horas).
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