lunes, 17 de abril de 2017

Via Lucis (2)

para revivir la vida de Jesús resucitado hasta Pentecostés

Son 14 estaciones con textos del Papa Francisco de la Exh ap “La alegría del Evangelio” -Evangelii gaudium (EG)- sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual.
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Monición introductoria
De la homilía de Francisco en la Vigilia de abril 2017:

Allí están, frente al sepulcro, entre el dolor y (…) en el rostro de estas mujeres podemos encontrar los rostros de tantas madres y abuelas, el rostro de niños y jóvenes que resisten el peso y el dolor de tanta injusticia inhumana.
Ellas, en su dolor, son el rostro de todos aquellos que, caminando por la ciudad, ven crucificada la dignidad. En el rostro de estas mujeres, están muchos rostros, quizás encontramos tu rostro y el mío.

1ª ESTACIÓN:
JESÚS RESUCITA Y MATA A LA MUERTE

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

Pasado el sábado, al alborear el día primero de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro (Mt 28,1-7).
Y encontraron que la piedra estaba removida del sepulcro. Pero al entrar, no encontraron el cuerpo del Señor Jesús. Y sucedió que… se les presentaron dos varones con vestidura refulgente… ellos les dijeron: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, sino que ha resucitado (Lc 24, 2-7).

No podemos olvidar que la mayoría de los hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día, con consecuencias funestas (EG, 52).
Hoy tenemos que decir «no a una economía de la exclusión y la inequidad». Esa economía mata. No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa (…) Hemos dado inicio a la cultura del «descarte» (…) Los excluidos no son «explotados» sino desechos, «sobrantes» (EG, 53).
La cultura del bienestar nos anestesia y perdemos la calma si el mercado ofrece algo que todavía no hemos comprado, mientras todas esas vidas truncadas por falta de posibilidades nos parecen un mero espectáculo que de ninguna manera nos altera (EG, 54).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

2ª ESTACIÓN:
EL RESUCITADO SE APARECE A MARÍA MAGDALENA.

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

El día siguiente al sábado, al amanecer, cuando todavía estaba oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio quitada la piedra del sepulcro (…) Le dijo Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, le dijo: Señor, si te lo has llevado tú, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré.
Jesús le dice: «María». Volviéndose, ella le dijo en su lengua: Rabbuni, que equivale a "Maestro" (Jn 20, 1.15.16).

Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso. No hay razón para que alguien piense que esta invitación no es para él (EG, 3).
Muchos laicos (…) tratan de escapar de cualquier compromiso que les pueda quitar su tiempo libre (…) algo semejante sucede con los sacerdotes, que cuidan con obsesión su tiempo personal (EG, 81).
Se desarrolla la psicología de la tumba, que poco a poco convierte a los cristianos en momias de museo. Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismos (EG, 83).
La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría  (EG, 1).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

3ª ESTACIÓN:
EL RESUCITADO SE APARECE A LOS DE EMAÚS

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

El mismo día, dos de ellos iban a una aldea llamada Emaús, que distaba de Jerusalén sesenta estadios. Y conversaban entre sí de todo lo que había acontecido (…) Y se detuvieron entristecidos.
Uno de ellos, de nombre Cleofás, le respondió: ¿Eres tú el único forastero en Jerusalén que no sabe lo que ha pasado allí estos días?  (...) Entonces Jesús les dijo: ¡Oh necios y tardos de corazón para creer todo lo que anunciaron los profetas!

No me cansaré de repetir aquellas palabras de Benedicto XVI que nos llevan al centro del Evangelio: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva» [DCE, 1] (EG, 7).
No es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con Él que caminar a tientas, no es lo mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo, descansar en Él, que no poder hacerlo (EG, 266).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

4ª ESTACIÓN:
LE RECONOCEN AL PARTIR EL PAN

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

Estando recostado con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se los dio. Se les abrieron los ojos y lo reconocieron (Lc 24, 30-31).

En su constante discernimiento, la Iglesia también puede llegar a reconocer costumbres propias no directamente ligadas al núcleo del Evangelio (…) No tengamos miedo de revisarlas (…) que ya no tienen la misma fuerza (EG, 43).
La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre (…) La Eucaristía (…) no es un premio para los perfectos sino un generoso remedio y un alimento para los débiles (…) la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas (EG, 47).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

5ª ESTACIÓN:
EL RESUCITADO SE APARECE EN EL CENÁCULO

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

Y ellos contaban lo que había pasado en el camino, y cómo le habían reconocido en la fracción del pan. Mientras ellos contaban estas cosas, Jesús se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Se quedaron turbados y asustados, pensando que veían un espíritu (…) ¿Por qué ese espanto y a qué vienen esas dudas? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona (Lc 24, 35-39).

Hoy suele hablarse de un «exceso de diagnóstico» que no siempre está acompañado de propuestas superadoras y realmente aplicables (…) quiero ofrecer un discernimiento evangélico. Es la mirada del discípulo misionero (EG, 50).
El bien siempre tiende a comunicarse. Comunicándolo, el bien se arraiga y se desarrolla. «El amor de Cristo nos apremia» (2Co 5,14); «¡Ay de mí si no anunciara el Evangelio!» (1Co 9,16) (EG, 9).
Un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral. Y ojalá el mundo actual —que busca a veces con angustia, a veces con esperanza— pueda así recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados, impacientes o ansiosos» (EG, 10).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

6ª ESTACIÓN:
EL RESUCITADO DA EL PODER DE PERDONAR LOS PECADOS

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

Sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo, a quien perdonéis los pecados les serán perdonados (Jn 20, 22-23).

La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del «siempre se ha hecho así» (EG, 33).
Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia (EG, 35).
La Iglesia, que es discípula misionera, necesita crecer en su interpretación de la Palabra revelada y en su comprensión de la verdad. La tarea de los exégetas y de los teólogos ayuda a «madurar el juicio de la Iglesia». De otro modo también lo hacen las demás ciencias (…) A quienes sueñan con una doctrina monolítica defendida por todos sin matices, esto puede parecerles una imperfecta dispersión. Pero la realidad es que esa variedad ayuda a que se manifiesten y desarrollen mejor los diversos aspectos de la inagotable riqueza del Evangelio (EG, 40).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

7ª ESTACIÓN:
EL RESUCITADO CONFIRMA LA FE DE TOMÁS

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

A los ocho días, estaban de nuevo dentro sus discípulos y Tomás con ellos (…) Después dijo a Tomás: Trae aquí tu dedo y mira mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente. Responde Tomás: Señor mío y Dios mío (Jn 20, 26-28).

A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás. Espera que renunciemos a buscar esos cobertizos personales o comunitarios que nos permiten mantenernos a distancia del nudo de la tormenta humana (EG, 270).
Él hace a sus fieles siempre nuevos; aunque sean ancianos. Él siempre puede, con su novedad, renovar nuestra vida (…) puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes (EG, 11).
Una auténtica fe —que nunca es cómoda e individualista— siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra. Amamos este magnífico planeta donde Dios nos ha puesto, y amamos a la humanidad que lo habita, con todos sus dramas y cansancios, con sus anhelos y esperanzas, con sus valores y fragilidades. La tierra es nuestra casa común y todos somos hermanos (EG, 183).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

8ª ESTACIÓN:
OTRA SEGUNDA PESCA MILAGROSA

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

Les dijo Simón Pedro: Voy a pescar. Le contestaron: Vamos también nosotros contigo… pero aquella noche no pescaron nada.
Llegada ya la mañana, se presentó Jesús en la orilla; pero sus discípulos no sabían que era Jesús (…) El les dijo: Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron, y ya no podían sacarla por la gran cantidad de peces (…) ciento cincuenta y tres peces grandes. Y aunque eran tantos no se rompió la red (Jn 21.2-11).

Ya «no podemos quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos» y que hace falta pasar «de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera» (EG, 15).
Fiel al modelo del Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie (EG, 23).
Iglesia en salida (…) discípulos misioneros (…) que se involucran, que acompañan, que fructifican y festejan (EG, 24).
          Necesitamos (…) una mirada contemplativa, esto es, una mirada de fe que descubra al Dios que habita en sus hogares, en sus calles, en sus plazas (…) Esa presencia no debe ser fabricada sino descubierta, develada (EG, 71).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

9ª ESTACIÓN:
EL RESUCITADO LES INVITA A DESAYUNAR

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

Jesús les dijo: Traed aquí de los peces que acabáis de coger Cuando descendieron a tierra vieron unas brasas preparadas, un pez puesto encima y pan (…) Vamos, almorzad (Jn 21, 4-12).

Pablo VI invitó a ampliar la llamada a la renovación (…) que no ha perdido su fuerza interpelante: «brota un espontáneo deseo de comparar la imagen ideal de la Iglesia —tal como Cristo la vio, la quiso y la amó como Esposa suya» (…) El Concilio Vaticano II presentó la conversión eclesial como la apertura a una permanente reforma de sí por fidelidad a Jesucristo (EG, 26).
La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras (EG, 27).
Los creyentes nos sentimos cerca también de quienes, no reconociéndose parte de alguna tradición religiosa, buscan sinceramente la verdad, la bondad y la belleza, que para nosotros tienen su máxima expresión y su fuente en Dios. Los percibimos como preciosos aliados en el empeño por la defensa de la dignidad humana, en la construcción de una convivencia pacífica entre los pueblos y en la custodia de lo creado (EG, 257).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

10ª ESTACIÓN:
EL RESUCITADO CONFIERE EL PRIMADO A PEDRO

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro (…) por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se entristeció porque le preguntó por tercera vez si le amaba, y le respondió: Señor, tú lo sabes todo. Tú sabes que te amo. Le dijo Jesús: Apacienta mis ovejas (Jn 21, 15).

Dado que estoy llamado a vivir lo que pido a los demás, también debo pensar en una conversión del papado (…) El papa Juan Pablo II pidió que se le ayudara a encontrar «una forma del ejercicio del primado que, sin renunciar de ningún modo a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva». Hemos avanzado poco en ese sentido (EG, 32).
Acepté con gusto el pedido de los Padres sinodales de redactar esta Exhortación. Pero he renunciado a tratar detenidamente esas múltiples cuestiones que deben ser objeto de estudio y cuidadosa profundización. Tampoco creo que deba esperarse del magisterio papal una palabra definitiva o completa sobre todas las cuestiones que afectan a la Iglesia y al mundo. No es conveniente que el Papa reemplace a los episcopados locales en el discernimiento de todas las problemáticas que se plantean en sus territorios. En este sentido, percibo la necesidad de avanzar en una saludable «descentralización» (EG, 16).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

11ª ESTACIÓN:
EL RESUCITADO LOS ENVÍA POR TODO EL MUNDO

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

Id y enseñad en todas las naciones, bautizando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final del mundo (Mt 28, 19-20).

La nueva evangelización convoca a todos y se realiza fundamentalmente en tres ámbitos: el ámbito de (…) los fieles que conservan una fe católica intensa y sincera, expresándola de diversas maneras, aunque no participen frecuentemente del culto.
En segundo lugar, el ámbito de «las personas bautizadas que no viven las exigencias del Bautismo», no tienen una pertenencia cordial a la Iglesia y ya no experimentan el consuelo de la fe.
Finalmente, la proclamación del Evangelio a quienes no conocen a Jesucristo o siempre lo han rechazado. Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría. La Iglesia no crece por proselitismo sino «por atracción» (EG, 14).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

12ª ESTACIÓN:
EL RESUCITADO ASCIENDE AL CIELO

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

Hombres de Galilea: ¿Por qué estáis mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido llevado a lo alto de entre vosotros, vendrá tal como lo habéis visto marcharse al cielo (Hechos 1, 11).

La misión del anuncio de la Buena Nueva de Jesucristo tiene una destinación universal. Su mandato de caridad abraza todas las dimensiones de la existencia, todas las personas, todos los ambientes de la convivencia y todos los pueblos. Nada de lo humano le puede resultar extraño (EG, 181).
El cristianismo no tiene un único modo cultural (EG, 116).
Bien entendida, la diversidad cultural no amenaza la unidad de la Iglesia (EG, 117).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

13ª ESTACIÓN:
CON MARÍA ESPERAN RECIBIR AL ESPÍRITU SANTO

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

Los apóstoles eran asiduos y concordes en la oración, junto con algunas mujeres y con María, la madre de Jesús, y con los hermanos de Él (Hechos 1, 14).

Los laicos son simplemente la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. A su servicio está la minoría de los ministros ordenados (EG, 102).
La Iglesia reconoce el indispensable aporte de la mujer en la sociedad (…) Pero todavía es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia (EG, 103).
De hecho, una mujer, María, es más importante que los obispos (…) Aquí hay un gran desafío para los pastores y para los teólogos, que podrían ayudar a reconocer mejor lo que esto implica con respecto al posible lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia (EG, 104).
Con el Espíritu Santo, en medio del pueblo siempre está María. Ella (…) hizo posible la explosión misionera que se produjo en Pentecostés. Ella es la Madre de la Iglesia evangelizadora y sin ella no terminamos de comprender el espíritu de la nueva evangelización (EG, 284).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

14ª ESTACIÓN:
EL RESUCITADO LES ENVÍA EL ESPÍRITU SANTO

* Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
+ Que por tu santa pascua redimiste al mundo.

De repente un ruido del cielo, como una violenta ráfaga de viento, resonó en toda la casa donde se encontraban. Y vieron aparecer unas lenguas como de fuego que se repartían posándose encima de cada uno de ellos. Se llenaron todos del Espíritu Santo (Hechos 2, 2-4).

En todos los bautizados, desde el primero hasta el último, actúa la fuerza santificadora del Espíritu que impulsa a evangelizar. El Pueblo de Dios (…) cuando cree no se equivoca (…) Dios dota a la totalidad de los fieles de un instinto de la fe —el sensus fidei que los ayuda a discernir lo que viene realmente de Dios (EG, 119).
Evangelizadores con Espíritu quiere decir evangelizadores que se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo (…) para anunciar la novedad del Evangelio con audacia (parresía), en voz alta y en todo tiempo y lugar, incluso a contracorriente (EG, 259).
El Espíritu Santo también enriquece a toda la Iglesia evangelizadora con distintos carismas. Son dones para renovar y edificar la Iglesia. No son un patrimonio cerrado, entregado a un grupo para que lo custodie (EG, 130).
Sólo Él puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo tiempo, realizar la unidad (EG, 131).
Una mirada de fe sobre la realidad no puede dejar de reconocer lo que siembra el Espíritu Santo (…) Allí hay que reconocer mucho más que unas «semillas del Verbo» (EG, 68).

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.

Monición final
Con la Resurrección, Cristo no ha movido solamente la piedra del sepulcro, sino que quiere también hacer saltar todas las barreras que nos encierran en nuestros estériles pesimismos, en nuestros calculados mundos conceptuales que nos alejan de la vida, en nuestras obsesionadas búsquedas de seguridad y en desmedidas ambiciones capaces de jugar con la dignidad ajena (Homilía Vigilia 2017).
La resurrección de Cristo (…) ya ha penetrado la trama oculta de esta historia, porque Jesús no ha resucitado en vano. ¡No nos quedemos al margen de esa marcha de la esperanza viva! (EG, 278).

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